SAN JUAN, Puerto Rico, 27 de mayo de 2021 /PRNewswire-HISPANIC PR WIRE/ — Con el inicio oficial de la temporada de huracanes 2021 en el Atlántico el 1 de junio, Direct Relief está acopiando de manera preventiva insumos médicos de emergencia a lo largo de las Costas del Golfo y del Atlántico de Estados Unidos y en todo el Caribe y América Central.
La labor humanitaria se lleva a cabo mientras siguen aumentando las temperaturas globales y la frecuencia y la intensidad de los huracanes y otras catástrofes. La temporada de huracanes de 2020 fue la más activa de la que se tiene registro: se produjeron 30 tormentas nombradas, de las cuales 14 se convirtieron en huracanes. Dos de ellas (Eta e Iota) fueron tormentas de categoría 4 que arrasaron Nicaragua con dos semanas de diferencia y causaron daños catastróficos y desencadenaron una ola masiva de desplazamientos.
Los módulos preacopiados de Direct Relief contienen los artículos médicos más necesarios tras una catástrofe, como material de traumatología, antibióticos y medicamentos para la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades crónicas. Los suministros se ponen a disposición de las organizaciones sanitarias locales que atienden a las comunidades más vulnerables a las catástrofes naturales. Los módulos varían en tamaño y van de 50.80 kg (112 libras) para consultorios individuales hasta módulos más grandes de 762 kg (1,680 libras) para destinos internacionales.
Este año, Direct Relief colocará los módulos de emergencia en instalaciones sanitarias de todos los estados del sureste y de la costa del Golfo, desde Virginia hasta Texas, así como en Hawai, Puerto Rico y Saipán.
A nivel internacional, Direct Relief acopiará los módulos con anterioridad en toda América Central y el Caribe, incluyendo Anguila, Bahamas, Barbados, las Islas Vírgenes Británicas, Dominica, República Dominicana, Haití, Honduras, Jamaica, Panamá, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, así como en Bangladesh, Fiyi e India.
Aumento de la resistencia de las infraestructuras sanitarias
Donde van los huracanes, luego ocurren los cortes de energía. En particular, durante el huracán María de 2017, Puerto Rico se quedó a oscuras durante meses. Gran parte de los medicamentos sensibles a la temperatura de la isla se echaron a perder, no se pudo acceder a los registros sanitarios electrónicos, los equipos médicos esenciales no funcionaron y los servicios sanitarios vitales dejaron de funcionar. El huracán María demostró que la energía es un requisito indispensable para la salud.
Con el aumento de las catástrofes provocadas por el cambio climático, la construcción de infraestructuras sanitarias resistentes se ha convertido en un elemento central de las actividades de respuesta de Direct Relief. La organización ha instalado paneles de energía solar y sistemas de baterías de reserva en centros de salud comunitarios de todo Estados Unidos.
En Puerto Rico, Direct Relief, con el apoyo de AbbVie y otras empresas, equipará a las instalaciones de salud con 1.2 megavatios de capacidad de producción de energía solar y 2.6 megavatios de almacenamiento de energía en batería. Los proyectos incluyen el equipamiento de 89 centros de salud en toda la isla con 164 frigoríficos y congeladores farmacéuticos y de laboratorio que cumplen con las normativas de la FDA capaces de almacenar cerca de 6 millones de viales de vacunas; el suministro de 22 bombas de agua comunitarias con energía solar de reserva y almacenamiento de energía en baterías; la instalación de energía solar de reserva completa y almacenamiento de baterías en una estación de bomberos que se quedó sin energía de la red durante meses; y el suministro de generadores caseros a 32 niños que dependen de equipos eléctricos para respirar y para otras necesidades médicas.
Preparación para catástrofes basada en datos
Indistintamente de si la respuesta se brinda en caso de tormentas, incendios o brotes de enfermedades, los datos guían cada vez más el trabajo de Direct Relief.
Con el uso de distintas fuentes de datos, como el índice de vulnerabilidad social CDC/ATSDR y los mapas de catástrofes de Facebook, Direct Relief puede identificar las zonas de mayor riesgo de huracanes, predecir si se evacuará el área y medir el impacto en los proveedores locales de atención sanitaria.
«Cada vez somos más capaces de obtener una visión en tiempo real y de alta resolución de la dinámica de la evacuación, las necesidades médicas y la presión ejercida sobre la infraestructura sanitaria», señaló Andrew Schroeder, vicepresidente de Investigación y Análisis de Direct Relief.
Direct Relief también está estudiando el desplazamiento a largo plazo de las personas cuyos medios de subsistencia han sido destruidos por los huracanes, como en zonas de América Central afectadas de forma consecutiva el año pasado por los huracanes Eta e Iota. «Existe una geografía de la pobreza que se corresponde con el riesgo físico», observó Schroeder.
COVID-19 + desastres de verano: por qué este año puede ser diferente
Esta temporada de huracanes e incendios forestales es la segunda que se superpone con la pandemia de COVID-19. Aunque la prevalencia de la enfermedad en Estados Unidos ha disminuido considerablemente con respecto a su pico de 2020, el verano de 2021 presenta un reto adicional. El año pasado, las agencias de gestión de emergencias y los grupos de ayuda pudieron mantener el distanciamiento social reubicando a los evacuados por la catástrofe en hoteles y moteles, en gran parte vacíos debido a la fuerte caída de los viajes nacionales. Este verano, con el repunte de los viajes, esas habitaciones ya no estarán disponibles, lo que dificultará el alojamiento seguro de los evacuados.
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FUENTE Direct Relief