Juez resuelve la mayor disputa por honorarios en un caso de compensación...

Juez resuelve la mayor disputa por honorarios en un caso de compensación laboral en la historia de California con una cáustica reprimenda contra un bufete y la afirmación de otro



COMPARTE ESTA NOTA

LOS ÁNGELES, 8 de mayo de 2019 /PRNewswire-HISPANIC PR WIRE/ — Según Asvar Law, P.C., con la emisión de sus «Determinaciones de Cuestiones de Hecho y Orden, Re Asuntos de División de Honorarios de Abogados; Opinión sobre Decisión» («Orden»), el juez administrativo Daniel Dobrin, de la Junta de Apelaciones de Compensación de Trabajadores de Los Ángeles (WCAB por sus siglas en inglés) ha concluido el largo juicio de la mayor disputa por honorarios de abogados en un caso de compensación laboral en la historia de California en Enríquez v. Willies Painting, SCIF (ADJ2137779).

En enero de 2012, el abogado Chris Asvar, anteriormente de Asvar, Odjaghian & Associates, APC («AOA»), concluyó lo que entonces era el acuerdo y la adjudicación más elevados de compensación de trabajadores en la nación, con $8.9 millones. Asvar se hizo cargo del caso en septiembre de 2009, sustituyendo al asesor jurídico anterior, Shandler & Associates, que se ocupó del caso desde mayo de 2004 hasta septiembre de 2009.

AOA fue fundada por los ex socios Chris Asvar y Tina Odjaghian. Shandler & Associates estaba integrada por los abogados Jaclyn Shandler y Garrett Shandler, marido y mujer. El señor Enríquez era un joven pintor que sufrió una lesión cerebral traumática «benigna» en 2004, al ceder su andamio y causar que cayera 20 pies desde una escalera de mano.

La disputa por los honorarios surgió cuando Jaclyn Shandler exigió la mayor parte de los honorarios de abogado de $1,335,000 en el caso, basándose estrictamente en su tiempo de «representación». El problema era que en los más de 5 años en que supuestamente manejaron el caso, ni Jaclyn Shandler ni Garrett Shandler se reunieron jamás con su cliente. El cliente y su padre fueron a la oficina de los Shandler unas 35 veces para hablar con «un abogado», y siempre les dijeron que no había ningún abogado disponible. La primera vez que Jaclyn Shandler se reunió con su cliente fue en la deposición de marzo de 2013 que ella coordinó para él como un testigo adverso en la disputa por los honorarios.

El juicio por la disputa por los honorarios tomó 14 días de tribunal, entre los cuales transcurrieron meses, y duró tres años y dos meses. El juicio en sí fue precedido por tres años y medio de descubrimientos anteriores al juicio muy litigiosos, y durante ese tiempo Jaclyn Shandler rehusó presentarse a una deposición para explicar el fundamento de su exigencia de honorarios. La señora Shandler contó con la ayuda de su hija Jannell Shandler, sin estado ni título formal. El abogado Ron Feenberg representó a la asociación de AOA en los más de tres años del juicio por los honorarios de la WCAB.

En una notable opinión de 37 páginas, el juez Dobrin detalló los fundamentos de su adjudicación del 89% de los honorarios de los abogados a la firma del señor Asvar, y el restante 11% a Shandler & Associates, a pesar de que los Shandler tuvieron el caso el 70% del tiempo. En su Orden, el juez aplicó los criterios del caso Bentley v. IAC, 11 CCC 204, enfocándose en la responsabilidad asumida por el abogado; el cuidado ejercido en la representación del demandante; el tiempo invertido, y los resultados obtenidos.

El juez concluyó que hubo un «contraste significativo» en la responsabilidad asumida por el señor Asvar en comparación con la asumida por la firma de Shandler. Según el juez, «AOA asumió un enfoque ‘de la A a la Z’ en el caso y ofreció una serie de servicios extraordinariamente amplia… El contraste en la adopción de responsabilidad de parte de Shandler and Associates empieza con la apertura inicial del caso», escribió el juez Dobrin. «Una preponderancia de evidencias me lleva a concluir que en ningún momento en el manejo del caso de Enríquez tuvo lugar una reunión en persona o ni siquiera por teléfono con el señor o la señora Shandler, los únicos dos abogados asociados con regularidad a la firma».

Comentando sobre la conspicua ausencia de Garrett Shandler, el juez escribió: «El señor Shandler…según el ‘rastro de papel’ mostrado como prueba, nunca preparó ni firmó un solo documento que yo sepa, excepto una firma mecanografiada en una carta de una página avisando a SCIF y [al empleador] Willies’ Painting (pero no al cliente) que tomaría el caso en la fecha de la suspensión de la señora Shandler en el Colegio de Abogados del estado».

En 2006, unos dos años después de iniciar la supuesta representación del señor Enríquez, el Colegio de Abogados del estado suspendió a Jaclyn Shandler por violar deliberadamente las Reglas de Conducta Profesional al no prestar servicios legales competentes intencionalmente, imprudentemente o repetidamente, por no comunicarse con sus clientes, por desobedecer órdenes del tribunal y por cometer actos de bajeza moral contra su ex cliente Karen Salvatierra; y por múltiples perjuicios cometidos contra otro de sus ex clientes, José De La Cruz. Las quejas de los ex clientes ante el Colegio de Abogados del estado sobre la falta de comunicación de Shandler con ellos fueron idénticas a las quejas de Enríquez contra Shandler en este caso.

Aquí, el juez supuso: «Por lo tanto, lo esencial de este asunto es que durante cinco años de manejar un caso que, según Shandler, estaba ‘destinado a ser un caso de gran valor’… ningún individuo de la firma con ningún conocimiento o credenciales claras en leyes de compensación de trabajadores se reunió jamás con el demandante o con su padre y futuro tutor».

El juez también criticó a Shandler por no asesorar nunca al cliente sobre sus posibles recursos externos en una reclamación catastrófica relacionada con la caída del andamio en el momento de la lesión. El juez Dobrin declaró: «En este aspecto, el manejo general y la postura de la firma de Shandler hacia cualquier posible responsabilidad de terceros es de preocupación particular para este juez a la luz de los detalles conocidos en este caso».

El juez también comentó sobre el factor tiempo, indicando que la cantidad real de tiempo de un abogado cualificado dedicada por AOA excedió en gran medida a la cantidad de tiempo dedicada por la firma de Shandler. El juez expresó: «En realidad me sorprendería si al menos 40 horas de tiempo real de un abogado, suponiendo el equivalente de una semana entera de trabajo de un abogado, se haya dedicado al caso [de Enríquez]. Suponiendo que se hubiera dedicado esa cantidad de horas, que me siento obligado a cuestionar, esta [adjudicación] equivale a casi $4000 por hora, lo que recompensa ampliamente los servicios reales de abogado de la firma de Shandler…» Según este cálculo, Shandler buscaba honorarios que excedían $20,000 por hora.

En cuanto a los resultados obtenidos, Shandler cuestionó repetidamente que la adjudicación de $8.9 millones fuera adecuada. En el juicio, bajo un exhaustivo interrogatorio de Asvar, Shandler admitió que a pesar de unos 38 años de práctica y de manejar miles de casos, la mayor cantidad que había alcanzado en un acuerdo era quizá de $500,000.

En ese sentido, el juez Dobrin escribió: «El monto en dólares del acuerdo de $8.9 millones es revelador… Me sorprende que un acuerdo sobre esta suma a favor de un individuo con un MRI del cerebro normal, una escasez de hallazgos neurológicos según AME Richman, y la capacidad de adquirir el dominio del idioma inglés… y que comparezca en el juicio como un individuo con buena presencia y que se expresa muy bien (en un idioma que no es su idioma natal) me sorprende como un logro notable en abogacía. Además, el monto del acuerdo no se le dio en un pago total entregado a una persona discapacitada y mal preparada para manejarlo, sino a través de un plan cuidadosamente trazado que contemplaba un dinero para una estructura, otras sumas que permiten al demandante y a su guardián comprar una casa libre de deudas y algunas dedicadas a necesarios servicios de tutela para comprobar que el dinero se manejó responsablemente».

En respuesta al resultado favorable, el señor Feenberg declaró: «El caso representó una ‘Historia de dos ciudades’ o, más apropiadamente, una ‘Historia de dos bufetes’. Un bufete compasivo, atento y minucioso triunfó legítimamente sobre un desconcentrado molino de casos jurídicos que nunca ni siquiera se reunió con su cliente durante cinco años de cuestionable representación».

Comentando sobre el resultado, el señor Asvar expresó: «Este juicio abarcó más de 135 elementos de prueba, miles de páginas de registros y más de cien horas de testimonios de testigos. El conocimiento amplio, profundo y detallado del caso que mostró el juez Dobrin, evidente en su meticuloso fallo de 37 páginas, es nada menos que asombroso. Estoy muy agradecido por su reconocimiento del trabajo que se invirtió en este caso».

En cuanto a la mención por el señor Feenberg del clásico de Dickens, Asvar dijo: «Ron es asombroso y estoy muy agradecido por su representación. Para mí, la obra que me venía siempre a la mente, especialmente en ese difícil primer año, fue El viejo y el mar, de Hemingway. Después de mucho cuidado, tiempo y trabajo, y de capturar finalmente al pez aguja de 18 pies de largo para su cliente, usted está cerca de casa cuando los tiburones atacan para arrebatarle la fama y la fortuna conseguida con su trabajo. Que este juez haya hecho un examen retrospectivo con tanto cuidado para narrar los detalles de lo que realmente ocurrió en este caso, es un momento profundamente espiritual».

«También estoy agradecido por la paciencia y la fortaleza que mis clientes mostraron en este largo proceso», dijo Asvar. «Con el fin de ahorrarles el acoso de esta disputa por los honorarios, ofrecí a la señora Shandler una considerable suma de dinero en el mismo principio, muy por encima de lo que se le adjudicó aquí. Pero lamentablemente, hay gente que es así».

Reflexionando personalmente sobre los litigantes, el juez Dobrin escribió: «Aunque libremente admitiría que mis interacciones con ambas partes en esta larga disputa por honorarios fueron a veces molestas, creo no obstante que el abogado principal de AOA, Asvar, mostró un profundo interés personal en el bienestar de su cliente Enríquez».

El caso Enríquez se mantuvo como el acuerdo y la adjudicación de compensación laboral más elevada en el país hasta 2017, cuando Asvar y su firma, Asvar Law, P.C., rompieron su récord anterior y lograron un nuevo récord nacional de $10,000,000 a favor de su cliente en el caso TBC v. Ernst & Young; La Compañía de Seguros del Estado de Pensilvania. Asvar Law representa a víctimas de lesiones catastróficas en California.

 

FUENTE Asvar Law, PC

Juez resuelve la mayor disputa por honorarios en un caso de compensación laboral en la historia de California con una cáustica reprimenda contra un bufete y la afirmación de otro