SAN FRANCISCO, 27 de agosto de 2020 /PRNewswire-HISPANIC PR WIRE/ — Defensores de la salud y de la comunidad de todo el país llevaron a cabo hoy un evento de prensa virtual para enviar fuertes mensajes a los gobernadores del país, diciendo que las desregulaciones del alcohol durante el #COVID19 son peligrosas, ponen las ganancias de la industria del alcohol por encima de la seguridad y la salud pública, y no deben convertirse en la nueva normalidad.
«Como la Salud Pública lo entiende, la apertura de bares donde la gente se congrega, socializa, con frecuencia sin mascarillas y sin distanciamiento social, crea las condiciones propicias para nuevos eventos de propagación del COVID-19, lo que extiende la pandemia», expresó Tom K. Greenfield, PhD, director científico del Alcohol Research Group, Instituto de Salud Pública. «No debemos cometer de nuevo este error con reaperturas prematuras. Además, la extensión de los bares a espacios exteriores contiguos como áreas de estacionamiento y aceras conlleva sus propios peligros para la salud pública al aumentar su disponibilidad. Junto con otros ‘alivios a las regulaciones’ en el sector del alcohol, como ‘cocteles para llevar’, estas regulaciones no deben ser permanentes. Sabemos gracias a numerosos estudios rigurosos que el aumento de la disponibilidad lleva a un aumento del consumo de alcohol y a más problemas de salud mental y violencia doméstica relacionados con el alcohol, así como a un acceso mayor entre los jóvenes».
El consumo de alcohol ha aumentado considerablemente bajo el COVID ya que la desregulación ha hecho que comprar sea más fácil que nunca. Esto indica el grave fallo de muchos gobernadores de estados y de importantes agencias estatales de no reconocer y resolver preocupaciones de seguridad y salud pública al declarar con frecuencia que las ventas de alcohol son «esenciales» durante la pandemia. Los catastróficos daños anuales relacionados con el alcohol que ya plagan al país han sido descartados en su mayor parte, junto con el aumento de los daños experimentados porque las bebidas alcohólicas se consideraron esenciales. Estos daños están agravados por el hecho de que el uso indebido del alcohol aumenta las probabilidades de que las personas contraigan el COVID-19, y hace más probable que tengan un caso de contagio grave. Del mismo modo, el impacto del COVID en el sistema de salud causa que las personas que ya consumen alcohol en exceso tengan muchas más probabilidades de experimentar consecuencias graves para la salud relacionadas con el alcohol.
«En California, el gobernador Gavin Newsom asume la responsabilidad final. El Departamento de Control de Bebidas Alcohólicas y el Departamento de Salud Pública están bajo su jurisdicción», declaró Gilbert Mora, copresidente de CAPA, la Alianza de Políticas sobre el Alcohol de California. «Nuestra alianza en todo el estado se niega a permitir que la desregulación del alcohol se convierta en la nueva normalidad. Exigimos que se reviertan las medidas de alivio a las regulaciones, pedimos un cierre temporal de los establecimientos que venden bebidas alcohólicas que ponen las vidas en peligro, y más importante, pedimos una respuesta al alcohol bajo el COVID-19 basada en la ciencia, no en las ganancias. Las ventas de bebidas alcohólicas no son esenciales. Las vidas son esenciales«. Mora señaló que, según un nuevo estudio del Instituto de Estrategias Públicas y Alcohol Justice, el daño del alcohol bajo el COVID parece una amenaza mayor para las minorías étnicas y raciales, y puede estar vinculado directamente con las políticas estatales de desregulación.
«En un intento por ayudar a los establecimientos de venta de alcohol de Michigan, los legisladores promulgaron políticas de desregulación como cocteles para llevar y distritos sociales», expresó Barry Schmidt, copresidente de la Coalición de Michigan para Reducir el Consumo de Alcohol en Menores de Edad y director de Proyecto en el Centro de Recursos para Barrios del Condado de Bay. «Con la desregulación del alcohol viene un mayor acceso y con eso viene un aumento de los problemas. En los cocteles para llevar algunos negocios han decidido ofrecer ‘Bebidas en una Bolsa’. ¿Los cocteles para llevar son la nueva caja de jugos para adultos? Instamos a nuestro gobernador y a los legisladores del gran estado de Michigan a poner la salud pública primero y no dejar que un arreglo temporal se convierta en un problema permanente».
«Illinois tiene políticas enérgicas contra el COVID-19 y no hemos visto a la horrible industria pidiendo medidas drásticas para abrir la disponibilidad de bebidas alcohólicas como en California y Ohio«, dijo Don Zeigler, PhD, profesor adjunto de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Illinois en Chicago. «Pero Illinois ha respondido a las presiones de los negocios con varias políticas potencialmente perjudiciales. Todos los minoristas con licencia en Illinois, incluyendo los que tienen licencias para vender alcohol en sus locales, ahora están autorizados a vender paquetes, ventas ‘para llevar’ permitiendo incluso cocteles y bebidas combinadas, entregas en la acera, entregas a domicilio y cualquier otra venta o entrega similar, aunque con el propósito de promover las ventas mientras se mantiene el distanciamiento social. Estas se consideran ‘Entregas Temporales’. Veremos lo temporales que son. Nos preocupa que lo que hagamos para apoyar la economía pueda conducir a más cambios en las regulaciones sobre la disponibilidad de bebidas alcohólicas que se hagan permanentes y aumenten el consumo y tengan consecuencias negativas para la sociedad y la salud en Illinois«.
En la Florida, Jason Wilson, MD, del Tampa General Hospital, recordó su experiencia como médico de emergencia durante la reapertura demasiado pronto de los bares en el área de la bahía de Tampa: «En cuanto pudimos controlar las cosas en el área de Tampa, reabrimos los bares. Y lo que vimos a partir de ahí fue un aumento muy rápido, acelerado, exponencial en la cantidad de casos. Por supuesto, con todos los bares… hay otros importantes factores de riesgo del COVID ocurriendo a la misma vez: espacios interiores congestionados, personas embriagándose, personas que pierden las inhibiciones, que están juntas, que hablan en voz alta. Y lo que vemos ahí son eventos de superpropagación. Así que si uno regresa a mayo o a junio en esta área, estábamos controlando las cosas, abrimos los bares muy pronto, vimos varios eventos de superpropagación que se rastreaban directamente a esos bares… Si queremos controlar el COVID, tenemos que prestar atención a lo que ocurre en los bares».
Las advertencias del Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo de los Estados Unidos y de la Organización Mundial de la Salud dejan claro que el uso de alcohol aumenta el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el COVID y causa problemas de seguridad y salud mental. Las regulaciones estatales forman la primera línea de defensa contra esas amenazas, pero a los activistas de la salud comunitaria les preocupa que los estados estén renunciando a su función de fomentar el bienestar público.
«Pensilvania es un estado con control de las bebidas alcohólicas, en el que el vino y los licores se venden solamente en establecimientos propiedad del estado. Pero el COVID ha abierto la puerta a discusiones legislativas sobre la privatización del alcohol», expresó Jeff Hanley, director ejecutivo de la Commonwealth Prevention Alliance. «Necesitamos seguir apoyando el modelo estatal controlado y la Junta de Control de Licores de Pensilvania con sus trabajos y beneficios excelentes. El consumo de alcohol puede aumentar en tiempos estresantes y puede confundirse con el intento de superar las dificultades. Durante la pandemia hay factores adicionales de pérdida de empleo, reducción del ingreso, educación de los jóvenes y un acceso fácil al alcohol que probablemente intensifica esos factores y lleva al mal uso. La necesidad de Prevención y Salud Pública es AHORA».
«En Ohio estamos afrontando actualmente una serie de propuestas legislativas que darían lugar a una desregulación enorme y duradera de las políticas sobre el alcohol en general, incluyendo la extensión de las horas de venta de bebidas alcohólicas de 2 a 4 a.m. los sábados y domingos, y la extensión de las ventas de alcohol a 24 horas en las elecciones locales», dijo J.P. Dorval, enlace de Activismo y Política Pública en la Prevention Action Alliance. «Al mismo tiempo, estamos viendo una oleada de problemas de salud conductual, muertes por sobredosis, suicidios y mensajes de texto a la Línea de Mensajes de Textos por Crisis del Departamento de Salud Mental y Servicios de Adicción de Ohio. Considerando estos problemas, lo último que nuestro estado debe hacer es incrementar el acceso a una sustancia que se sabe que se usa como un mecanismo nocivo para lidiar con la incertidumbre, el dolor y los inconvenientes causados por esta pandemia. Entendemos las dificultades financieras que nuestro estado está afrontando, pero desregular el alcohol solo causará más problemas ahora y a largo plazo. Exhorto al gobernador DeWine y a nuestra legislatura a examinar estas propuestas a través de un lente de salud pública y a actuar con la salud y la seguridad de los ciudadanos de Ohio en mente en su proceso de toma de decisiones.
«Como muchos otros estados, los bares y restaurantes de Minnesota, y los numerosos servidores y vendedores que emplean, están sufriendo económicamente bajo las restricciones por el COVID-19 y como la mayoría de los estados, Minnesota ha relajado regulaciones para ayudar a pequeños negocios», declaró Linda Bosma, PhD, de Bosma Consulting, LLC. «Pero la reapertura ha tenido ciertos desafíos: en julio, en Minnesota, casi 1,000 casos de COVID-19 fueron conectados a solo 14 bares después de reabrir. NO estamos en contra de los negocios… pero debemos estar seguros de que la solución de los problemas económicos no se hace al costo de un aumento del abuso y la adicción al alcohol en nuestras comunidades. La desregulación del alcohol no puede ser la nueva normalidad; sabemos que regular las ventas de alcohol salva vidas y reduce los daños relacionados con el alcohol, así que la relajación de las medidas debe ser temporal; y finalmente, cuando los negocios reabren, deben tener planes sólidos de prevención del COVID para evitar la propagación y lidiar rápidamente con cualquier caso positivo. Los bares y los restaurantes son partes importantes de nuestras comunidades; como parte de la comunidad, todos debemos estar seguros de que están protegiendo a los miembros de la comunidad. Reabran con seguridad, con inteligencia y tomen decisiones basadas en la salud pública».
En una declaración pregrabada, Will Jones III, MPA, asociado de Comunicaciones y Asistencia Social en SAM en Washington, D.C., expresó: «… intereses especiales están presionando para que estos relajamientos de las regulaciones se conviertan en la nueva normalidad y eso causa graves preocupaciones de salud pública y no tiene el apoyo de la ciencia. Los sectores que lucran con la adicción, como el alcohol, el tabaco y la marihuana, apuntan desproporcionadamente a las comunidades de color con sus productos y establecimientos. Esto lo recuerdo cada día simplemente al salir de mi casa y ver que el primer establecimiento al que puedo llegar en cualquier dirección es una tienda de licores. En medio de una pandemia mundial, estas compañías han continuado sus prácticas explotadoras cabildeando con éxito para que sus tiendas y sus productos se consideren esenciales. Ahora más que nunca debemos trabajar juntos para exigir responsabilidad a estos sectores, y no permitirles que sigan dañando la salud pública».
En muchas partes del país, la salud pública y la seguridad han quedado en segundo lugar tras la «recuperación económica», y los propulsores de esta peligrosa desregulación de las bebidas alcohólicas quieren un gobierno bajo la influencia del alcohol. Desde el principio de los cierres por la pandemia, bajo el dudoso disfraz de alivio económico, los estados han desregulado y relajado la imposición de la ley para ayudar a los establecimientos con licencia para vender bebidas alcohólicas a seguir funcionando. Estos cambios de política, peligrosos y orientados a mantener los ingresos, han promovido un aumento de las ventas y del consumo de alcohol durante las órdenes de quedarse en casa. Incluyen la autorización de entregas a domicilio con una ineficaz verificación de edad, cocteles para llevar, la extensión de las ventas a espacios públicos, y la normalización de beber durante una emergencia de salud pública de enormes proporciones.
«Estamos usando hoy esta sesión de información virtual para emitir un LLAMADO a la ACCIÓN nacional y de importancia vital», declaró Bruce Lee Livingston, MPP, director ejecutivo y CEO de Alcohol Justice. «Sencillamente enviando el mensaje de texto REGULEN al 313131, las personas en cualquier estado pueden pedir a su gobernador que oprima el botón de pausa a la desregulación del alcohol, que reexamine la relación de su estado con los negocios de bebidas alcohólicas, que reconozca que el uso excesivo de alcohol es la tercera en la lista de causas evitables de muerte, y que prometa que la desregulación del alcohol no se convertirá en la nueva normalidad poniendo fin tan pronto como sea posible al relajamiento de las regulaciones sobre el COVID-19 para lograr un alivio económico. Es hora de que la salud pública sea esencial, no beber en público».
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FUENTE Alcohol Justice